viernes, 22 de abril de 2016

SON MÍAS LAS ALAS QUE YA NO PUEDES CORTAR

Esta noche me siento la mujer más bonita del universo. 
Ya te marchaste, 
vives en mi pasado. 
Tú, 
mi mundo, 
tóxico
inframundo. 
Todos los límites comenzaban y terminaban en ti. 
En ti, sí. 
Siempre tú. 
Tú. 
Tú. 
Tú. 
Tú. 
¿Y yo? 
¿Y yo qué? 
Ya no recordaba 
lo bien que vestían 
esos tacones sobre mis pies. 
Aquellos que odiabas. 
Provocativos. 
Altos. 
Infinitos. 
Infinitivos. 
Liberar, 
disfrutar, 
sentir, 
vivir, 
cansar, 
cansada 
de ti. 
Abrí el armario y elegí el vestido más corto que tenía 
porque sabía 
que mis piernas serían 
el foco de todas las miradas. 
Busqué el carmín más llamativo 
y cargué mis labios 
de sangre y fuego. 
Y el perfilador de ojos negro 
rimell, 
sombra, 
esa mirada. 
Puro veneno. 
Y salí a comerme el mundo 
ese que me devoraba cuando estaba contigo, 
porque estaba segura conmigo. 
Y poniendo al cielo por testigo 
me dije 
que ahora soy YO. 
Yo. 
Yo. 
Yo. 
Yo. 
Mía. 
Únicamente mía. 

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